Por qué ejercer la docencia en el sector cinematográfico y audiovisual con las nuevas generaciones
La gota de lluvia en su camino hacia el mar recorre varias fases. Cae de las nubes, se desliza por la tierra y concluye en la bastedad del mar. A veces, incluso, por analogía, nos enseña a diseñar la estrategia de un proceso creativo profesional. En mi caso, el proceso cinematográfico.
Dentro de unos días retomaré las clases en la Escuela de cine en Valencia. Habrá gente, la que más me conoce, que se preguntará, sabiendo lo mucho que disfruto dirigiendo, por qué también doy clases. Este proyecto nace con la intención de vertebrar e integrar los distintos procesos en la producción cinematográfica. Como si habláramos de canalizar todas las gotas de un afluente que deben concluir con un sentido personal, social y económico.
Como en todo, hasta las cosas aparentemente más aisladas, forman parte de un proceso de dimensiones más complejas. Es como el caso de una solitaria gota de agua que, supongamos, bien podría ser un alumno de instituto que anhela iniciarse en el mundo del cine. Esta gota sería cada uno de los alumnos que desean encauzar su vida dentro de una estructura que dé respuesta a sus necesidades profesionales. Este impulso me animó a emigrar a la Escuela de cine de Barcelona donde observé ya la inconexión entre las escuelas, las productoras, los espectadores, las distribuidoras en España. Se aprecia un caos generalizado.
Mi respuesta fue crear una productora. Las primeras gotas se materializaron en forma de cortometrajes, spots publicitarios, vídeos corporativos, etc. Mi imaginario comenzó a empapar mi entorno, cada vez más amplio: la gente comenzaba a conocerme y tuve la oportunidad, además, de encontrarme con mi actual socia en VALEN ARTS, Ana Camacho, quien ha aportado al proyecto una sólida base empresarial (no sólo de creatividad artística se nutre el cine).
Un río de dimensiones reducidas comenzó a erosionar el terreno. Y nuevos torrentes confluyeron. Este es el paso en el que me encuentro. Actualmente estamos colaborando con otras iniciativas que, unidas, están generando una corriente más poderosa y de mayor alcance que enriquezca el mar, es decir, la industria cultural. El ideal es ofrecer un legado audiovisual de valor aunando enfoque artístico-creativo y económico.
¿Porqué no empezar por mostrar lo que es realmente importante a las pequeñas gotas de agua en su camino hacia el mar?
Atentamente, Javier Valenzuela
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